Una sociedad que se durmió

La polémica tras la rápida acción de empresarios, instituciones, presidentes, etc. en aportar donaciones para la reconstrucción de la catedral de Notre Dame es digna de debatir. ¡Antes de cumplir la semana ya la campaña de donación superó el billón de euros!

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Siento que hay varios puntos importantes en estas donaciones, y es que la Ley parisina beneficia a los personajes altruistas bajando el porcentaje a pagar de impuestos; es decir, ellos evadirán impuestos tras las grandes sumas de dinero que ¿regalarán?…

 

Giambattista Valli show, Front Row, Spring Summer 2019, Paris Fashion Week, France - 01 Oct 2018
François Henri Pinault y su padre, François Pinault, dueños de el conglomerado de marcas de lujo Kering, donaron 100 millones de euros.
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Bernard Arnault, dueño de LVMH, conglomerado de marcas de lujo, donó junto a su familia 200 millones de euros.

Es excelente ayudar y me parece un acto súper noble, pero siento que lo que sucedió en Notre Dame y la rápida acción de socorrer a la catedral, es para reflexionar sobre lo que realmente nos necesita con urgencia.

Ayer vi una nota de CNN Chile que con una línea de tiempo contrastaron la acción y el monto recaudado para ayudar a reconstruir lugares importantes a nivel mundial que también sufrieron incendios devastadores. Me dio hasta vergüenza… Pienso en el museo nacional de Brasil, que, hasta la fecha, recaudó US$280 mil dólares (y recordemos que ocurrió en septiembre del año pasado), ¡miles de dólares menos que lo que pasó en Notre Dame hace una semana, y tenía más de dos millones de piezas culturales incalculables!

Y si me voy por el lado social, es aún mas indignante. Pensemos en devastadores ataques terroristas, en la fuerza de la naturaleza que sacude a países ya sea por placas tectónicas o por cambio climático. Pensemos en la hambruna, en la crisis migratoria y en la cantidad de personas que fallecen tratando de salvarse de una vida de miseria yendo a otras fronteras que no están dispuestas a recibirlos y que, a los que sí tienen la suerte de llegar, los echan como perros falderos. Pensemos en la crisis social que vive Francia, que es aún más impactante porque se habla de “falta de dinero” para superarlo, y por eso los “chalecos amarillos” están indignados; y con mucha razón.

Necesitamos recuperar la humanidad en nosotros. El egoísmo que a todos inunda por pensar sólo en su metro cuadrado, en su situación específica sin mirar al resto, no puede seguir. Nos necesitamos para superar la adversidad. Me desespera saber que nadie ha movido un pelo por ayudar a Sri Lanka, que sufrió un importante atentado terrorista por Isis, donde fallecieron más de 320 personas inocentes. Fueron 8 bombas en iglesias el domingo de Pascua, ¡8 bombas! Yo creo que, si eso sucediera en Europa, -aunque sí han ocurrido atentados fatales pero aún así con poca reacción-, sí existiría un mayor interés por proximidad. Pero ese interés debería estar SIEMPRE por el hecho de que somos todos humanos, no por cercanía. Eso es parte de la pérdida de la humanidad, y me cuesta entenderlo.

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El incendio de Notre Dame fue horrible, una gran pérdida que demorarán -según el presidente francés- cinco años en reconstruir. Pero creo que más horrible es darnos cuenta de que somos una sociedad que se durmió. Como sociedad tenemos un contrato social donde todos debemos estar despiertos y reaccionar siempre en la medida que podamos.

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